Por Lorna Arocena
www.eduardoarocena.com
Desde
pequeña, siempre adoré a mi padre. De niñita
me vestía en su ropa y lo esperaba que llegara del trabajo.
Me ponía sus gorras. Cuando tenía miedo de noche,
el venía a mi cuarto y me cargaba por arriba de su cabeza
y me paseaba como “superman“ por la casa y después se
quedaba con migo hasta que yo me dormía. Un año
le pedí a Santa Claus que me trajera un árbol
de chocolate. Mi madre después me contó que el
se quedó despierto toda la noche cubriendo la planta
plástica que teníamos en la casa de New Jersey
con campanas de chocolate y bombones. Lo puso enfrente de mi
cama para que cuando me despertara fuera la primer cosa que
vería ese día de Navidades. Siempre me hacia feliz
y era gracioso, retozando con mi hermano y yo. Siempre besaba
a mi madre con amor. Y ella siempre lo miraba, (hasta de lejos)
como si fuera el único hombre en el mundo. Nunca me faltaba
nada. Era noble, cariñoso y me daba orgullo cuando me
recogía a la escuela. Mi padre era el tipo de padre que
si estaba lloviendo me llevaba la sombrilla a el aula. Me sentía
tan cuidada con él, completamente protegida.
Era oscuro afuera todavía, serian las 6 de la mañana
y hubo ruido en la casa. Yo tenia 9 años y vivíamos
en una casa en Miami. Yo oí mi madre hablando con varias
personas. Hablaban en Inglés. No escuche la voz ronquita
de mi padre entre ellos. Me paré de mi cama con mi perrita
y fui a la puerta de mi cuarto. Antes de yo poder abrir la puerta,
varios hombres del FBI me empujaron la puerta abierta. Yo traté
de cerrar la puerta, mi perra Cindy ladrando rabiosa. Apuntaron
revólveres y me gritaban “Tu padre está en tu
closet?“
Los
próximos años de mi niñez fueron de terror.
Dormir de noche ya era casi imposible. Mi padre, ya no estaba
para protegerme. Mi madre lloraba inconsolablemente y rezaba.
Yo quería ser niña y jugar con mis amigas pero
la niñez se me había acabado. Las cosas que eran
pesadillas eran mi realidad.
Recibíamos
amenazas con mensajes de “muerte“ escrito con letras de periódico.
Caminando en la acera hombres desconocidos en carros nos retrataban.
Mi madre hacia lo que podía pero el hogar se había
convertido de un lugar de felicidad y alegría en un hogar
de tristeza y miedo. Los juicios de mi padre eran largos, no
compendia lo que pasaba. Me recuerdo un vestido rosado que mi
mama me puso. Yo no quería estar en una corte. Yo quería
oír radio y bailar. Los niños de mi escuela me
preguntaban por qué yo estaba en televisión y
por qué mi padre estaba preso. Era muy joven para entender,
mucho menos para explicar. Quería desaparecer.
Mi
padre sacrificó a su familia por su patria. Todavía
me es duro decirlo. Que dolor yo sentía. Que brava me
puso. Una niña tener que tragarse eso con una edad tan
frágil cambia un ser. Y aunque todo el tiempo que yo
estaba brava y triste porque me faltaba el calor de mi padre,
mi héroe, (nunca ningún familiar hombre estuvo
presente para decirme: Lorna, yo te guio en la ausencia de tu
padre) lo seguía queriendo.
Respeto
todos los que han luchado por su patria (cualquier tierra de
donde uno viene), es admirable y algo que tiene tanto valor
y coraje, son cosas que muchos hablan pero no hacen. En Miami,
muchos cubanos hablan pero no hacen. Y muchos se han olvidado
de mi padre.
Yo
siempre le he hablado francamente a mi padre. Me abro con el
y conversamos de todo. El y yo somos “uña y carne“. Pero
mi relación es a través de una llamada, leyendo
una carta o visitas en una cárcel, siempre en bosques
o montañas. Lugares difícil y engorrosos de llegar.
Lo he visto sólita dos veces. Durante la distancia larga
de manejar a la cárcel me preparaba mentalmente para
verlo. Son muchas las emociones. Lo que personas no entenderán
es que el dolor mas profundo es cuando la visita se acaba y
me tengo que ir. porque no me lo puedo llevar conmigo. Lo tengo
que dejar y siempre me parte la alma.
Mi
gran deseo es pequeño. Un día sentarme con él
afuera y tomarnos un café, compartir conversación
y después comer juntos. Lo que todos que “hablan“ de
patria hacen con sus amigos y familia cualquier día de
la semana. Y él no sólo es mi padre, pero también
es mi amigo en el cual puedo confiar todos mis secretos, mis
penas, todas mis alegrías y tristezas, y el que nunca,
jamas se ha olvidado de no solo mandarme una carta para mi cumpleaños,
que ya se ha perdido 29 de ellos, pero es la PRIMERA llamada
que recibo. Saber que aunque hemos pasado tantos años
en esta negrura, la voz de él me es suficiente para llegar
al próximo día.
Me
siento orgullosa de tenerlo de padre aunque mis sentimientos
siempre vienen llenos de lágrimas porque no lo puedo
llamar cuando yo quiera o aparecerme en la casa de mami y decir
“mami, papi vamonos de paseo“. Me siento orgullosa del amor
que mi madre y padre tienen. Me duele ver a mi madre triste.
Le hecho de menos cada minuto de mi vida a mi padre. Cuántas
veces me ha hecho falta y no lo he tenido cerca.
Ya
que mi padre a sufrido una embolia les pido a las personas que
recen para que se mejore. Envíenle cartas para que no
se sienta solo. La dirección de la cárcel es:
Eduardo
Arocena 12573-004
FCI SCHUYLKILL
FEDERAL CORRECTIONAL INSTITUTION
P.O. BOX 759
MINERSVILLE, PA 17954
Yo
nunca lo voy a dejar solo. Nosotros nos llevamos adentro, donde
yo voy, él va. Y cuando veo el mar, pienso en el y se
lo e retratado. Se lo he mandado a la cárcel para que
por un minuto, entre cuatro paredes, el lo vea también.
La conexión de nosotros nada o nadie lo romperá
NUNCA, aunque no lo tenga cerca. Lo llevo adentro y le digo
a cualquier persona que me pregunte que es y seguirá
siendo un buen padre. Muchos quisieran tener esta persona de
padre.
Ayer
el 25 de Enero, la cárcel federal de Schuylkill en Pennsylvania
me comunico a través de email que no puedo llamar al
hospital para saber como esta (aunque las enfermeras me habían
dicho que no era un problema de nada si yo llamara todo los
días). ¿Como es posible? Me dicen que tengo que
llamar a la prisión para recibir la información
de su bien estar (de segunda mano y de una persona que no tiene
nada que ver con medicina). De contra que asquerosamente nos
negaron la información de su salud desde el principio
y solo nos enteramos con el esfuerzo del Congresista David Rivera
(9 días después que le había ocurrido una
embolia). Hoy llame a la cárcel y todavía estoy
esperando saber como sigue mi padre. Además que los oficiales
de la cárceles no son médicos que puedan contestar
mis preguntas, ni si quiera se ocupan de devolverme la llamada
ni los “emails“ de hoy. Estoy preocupada por él y quiero
estar al día de su salud que es mi deber como su hija.
Por
favor no se olviden de él. Llama y escribe a tu congresita
y pídele que tengan piedad por él y si no te interesa
la causa de él, te entiendo también. Solo pido
que entonces usen su corazón humano y ayúdenos
a lograr poder hablar con los médicos y el hospital directamente.
Creo que es injusto que tengo que pasar esto y a estas alturas.
Mi pobre madre con 69 años no da más. Es criminal
lo que pasamos como familia.
Mi
padre tiene 68 años y ha dado su vida por su bandera.
No deben de castigar más a su familia. De contra que
ha sido semejante los años que le tiraron encima (y él
se dejo por hombre y no ser chivato), nunca lo ponen cerca de
su familia que lo quiere y lo apoya. Su madre está viva
y tiene 86 años. Pienso que yo merezco tener la paz de
saber como sigue y poder hablar con sus médicos y enfermeras
y no un simple empleado de las cárceles federales. Por
lo mínimo debiera poder lograr esto sin tener que constantemente
brincar obstáculos y permanecer en un estado de incertidumbre.
Para colaborar con su defensa
envíe cheque o money order a nombre de
EDUARDO AROCENA LEGAL DEFENCE, INC.
Enviar a :
Miriam Arocena
P.O.Box 831451
Miami, FL 33183
Para
mas información llamar a:
Miriam Arocena : 786-262-8796.
NOTA
IMPORTANTE: NECESITAMOS SU AYUDA Y SOLIDARIDAD.
Exijale
a su Congresita o Senador que se pronuncie publicamente
por la Libertad de Eduardo Arocena
Eduardo
Arocena se encuentra aun en el hospital luego de sufrir
una trombosis que ha afectado temporalmente la parte derecha
de su cuerpo, por lo que deberá recibir fisioterapia
para recuperarse completamente,su mente esta clara y su
espíritu sigue en pie tras 29 años de cárcel
en Estados Unidos.
Queremos
solicitarles a los amigos de Eduardo que se unan en oración
por su salud y que por favor llamen a sus congresistas
para pedir por que se respeten sus derechos y se salvaguarde
la vida de quien hasta la fecha se encuentra encadenado
a cientos de millas de la Florida por luchar con sus medios
por la causa de una Cuba Libre.
http://www.house.gov/representatives/
En
Miami
Ileana
Ros-Lehtinen
Miami
Office (Main)
4960 SW 72 Ave, Suite 208
Miami, FL 33155
Phone: (305) 668-2285
Fax: (305) 668-5970
Hours: Monday-Friday 10:00AM-1:00PM & 2:00PM-6:00PM
Mario Diaz-Balart
8669
NW 36th Street, Suite 100
Doral, FL 33166
(305) 470-8555
Fax: (305) 470-8575
En estos momentos su familia se encuentra muy angustiada
y les pide que que no abandonen a Eduardo Arocena,que
llamen y escriban a sus políticos locales para
que intervengan y busquen información sobre su
estado,que se supervisen sus terapias para que pueda recuperarse,mas
con la ayuda de todos dándole ánimos, enviándoles
postales y cartas a esta dirección.
Eduardo
Arocena 12573-004
FCI SCHUYLKILL
FEDERAL CORRECTIONAL INSTITUTION
P.O. BOX 759
MINERSVILLE, PA 17954
Queremos
también informar y agradecer la labor del Congresista
David Rivera quien se informo de la situación de
Eduardo Arocena y comunico a la familia, la cual pudo
luego reunirse por unas horas con El en el hospital.Nos
gustaría que también les escribieran agradeciendo
su preocupación y felicitarlo por su valentía
y liderazgo en temas cubanos y de derechos humanos.
David
Rivera
12851
SW 42nd Street, Suite 131
Miami, FL 33175
Phone: (305) 222-0160
Fax: (305) 228-9397
Hours: Monday-Friday 9:00AM-5:00PM
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