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| El Veraz. | San Juan, Puerto Rico |
La Tela de Araña

Por Mario Torres

Algunos latinoamericanos, en este caso chilenos, han comentado que los cubanos han hecho mal en dejar la isla en vez de quedarse y enfrentar al sistema, que ellos en su momento lo hicieron con Allende y Pinochet con manisfestaciones o protestas y que si los detenían ellos volvían y volvían pero lo que desconocen es que bajo el yugo ultra tiránico de Fidel Castro en Cuba, existe un control estricto del más mínimo movimiento de cada ciudadano, no existen libertades como la de expresión o de asamblea, el pueblo no tiene acceso a armas de ningún tipo, no existe prensa libre y no hay los derechos que pudieran todavía conceder dictaduras de derecha u otros gobiernos; de ahí lo difícil de derrocar o conspirar contra el régimen.

Quizás, si los cubanos del exilio se hubieran quedado en Cuba, otra situación existiera allí ahora pero de todas formas cuando un latinoamericano dice esto, ni se imagina lo sumamente difícil que es en Cuba tener un poder de organización o de agrupación aunque sea para una simple manifestación, en primera debido al estricto control que hay sobre todo el pueblo y al gran número de informantes o "chivatos" y en segunda porque el gobierno es más pérfido de lo que cualquiera pudiera imaginarse y tiene todo esto previsto con la organización de las llamadas "fuerzas de acción rápida" que, haciéndose pasar por el llamado por ellos "pueblo enardecido", reune miembros de la policía política asi como esos mismos chivatos sobornados o chantajeados por el régimen, aparte de uno que otro ciudadano atemorizado de doble moral que coopera para "limpiarse", en una situación compleja que normalmente los no cubanos no entienden porque hay que vivirla para conocer lo sútilmente brutal que es. Estos grupos se disfrazan de "pueblo" y le salen al paso a cualquiera que ose manifestarse, teniendo el apoyo y la intervención del régimen que los cataloga a propósito no como políticos sino como revoltosos comunes, antisociales o escorias para astutamente esconder que hay descontento en todo el pueblo y hacer creer que ellos representan la moral, el orden y legalidad absolutos que son violados por delincuentes o elementos indeseables que ellos justamente aplastan para así acallar la voz de ese verdadero pueblo. Estos "antisociales" irán a tenebrosas cárceles algunos sin ningún juicio y otros con juicios amañados donde nunca habrá un abogado defensor real ya que estos representan al gobierno y no al acusado.

En Cuba, la vigilancia del pueblo en forma de espionaje encubierto se ha convertido en un arte y ha llegado a su máxima expresión de refinamiento, dedicación y especialización. Lo que muchos piensan solo ocurre en altas esferas de la política, entre paises enemigos, grupos u organizaciones antagónicas o quizás en películas o ficción, en la isla caribeña se le aplica al pueblo de tu a tu, ciudadano por ciudadano, haciendo hasta que estos se vigilen entre si.

De todos es conocido que el sistema de Castro posee numerosas organizaciones que persiguen este objetivo junto con el de reprimir, acosar y controlar los movimientos de los cubanos con actividades y funciones más abiertas como son los casos de los CDR, el Sindicato, la Federación de Mujeres Cubanas entre otras muchas, que programan actividades de obligatorio cumplimiento como guardias, reuniones, trabajos productivos entre otras, que miden las actitudes políticas e ideológicas de los ciudadanos, a la vez de vigilar los movimientos de cada vecino y hacer informes tanto en las cuadras como el los trabajos del grado de sumisión de cada cual pero lo más insólito y poco divulgado es el grado de espionaje a que el pueblo de Cuba es sometido por el aparato represor secreto del régimen cuyo principal exponente es la Seguridad del Estado que es la responsable de la creación de una increible tela de araña de espías, informantes o chivatos comprados o chantajeados y de "combatientes" profesionales de este Ministerio del Interior cuyas ramas se extienden sobre los mares, inclusive hasta el territorio libre pero a la vez "enemigo" de la ciudad de Miami. Castro se preocupa más por esta "defensa de la Patria y de las conquistas de su sistema" que de alimentar a su pueblo porque la permanencia en el poder es su única prioridad y por ende las técnicas para esta vigilancia son inconcebibles y disímiles.

Primeramente, el gobierno coloca miembros o informantes de la seguridad del estado en todos los trabajos y sus departamentos, cuadras, escuelas, tiendas, hospitales los cuales están encubiertos y tienen como función no solo oir y delatar sino también sacar o provocar comentarios desafectos para ver como piensa cada cual y de ahi denunciarlos. Entonces, de acuerdo al grado de gravedad de la confesión, la persona puede, como mínimo ser fichada como contraria el régimen y como máximo ser encarcelada inmediatamente y esto a la vez crea una incertidumbre donde no se sabe quien es quien y no se confía en nadie. Aqui cualquier maestro, médico, enfermero, dependiente de una tienda, jubilado, desocupado, artista, miembro de un equipo deportivo, ex preso ya sea común o político, vendedor callejero, vecino, familiar y hasta el que menos se pueda imaginar aunque internamente esté en contra del sistema, puede ser un informante o un "chivato", creando así una red a todos los niveles donde como una pirámide, un grupo de informantes reportan a uno y éste a su vez reporta a otro a nivel superior, pero estos no se conocen entre si y sin que ellos sepan son también vigilados el uno al otro o por otro que tiene esa misión en un sistema diabólicamente estructurado donde no escapa ninguno ya que no hay confianza en nadie.

Existen chivatos a sueldo como algunos jubilados o aparentemente desocupados, otros chantajeados por su pasado o con la promesa de una mejor vida como los ex presos comunes y existe hasta casos de ex presos políticos de pocos principios que se han plegado a ser informantes por el precio de una "reivindicación" o una salida del pais y sin omitir los sobornados o los que quieren mantener su puesto o una promoción. En esta esfera de espionaje y vigilancia, se cumple el refrán popular de: "Hay de todo en la viña del señor".

Esta tramposa y pérfida "ciencia" tiene su mayor expresión en lugares estratégicos o de interés especial para el régimen como instalaciones turísticas frecuentadas por extranjeros, escuelas de turismo, empresas mixtas con capital de otras naciones, delegaciones deportivas, artísticas o de otro tipo que viajan a otros paises ( para evitar que estos deportistas o artistas se queden en estos) y todo lugar que represente entrada de divisas o trato con extranjeros donde también se infiltran miembros de la seguridad del estado, algunos ya "quemados" que complieron funciones secretas pero ya se sabe quienes son y que se presentan abiertamente como de la seguridad y a veces hasta andan en uniforme con el objetivo de que los trabajadores normales se "cuiden" solo de ellos pero que se confíen en otras que trabajan para estos que son los tapados o encubiertos ya sea "liberados" o informantes profesionales, los típicos chivatos por prevenda que son por cierto los más peligrosos y los trabajadores coaccionados a convertirse en "chivatos" para mantener un puesto codiciado en el país como es el caso del turismo.

Estos vigilantes y controladores de manifestaciones, conductas y actitudes que se desenvuelven en estos ambientes de ojos invisibles dondequiera, hacen de este tipo de vida un vaho irrespirable, pero en general, la vida del cubano, bajo esta presión de ser constantemente espiado, se torna realmente insoportable y está llena de tristes y lamentables historias.

La función principal de un informante o de un oficial de la seguridad, específicamente en el caso del turismo, es "penetrar" a los civiles y trabajadores regulares de esas instalaciones y estrechamente vigilar no solo su conducta y sus manifestaciones sino su trato con los extranjeros, si se aceptan regalos de ellos, si se conversa o comparte mucho con ellos, si se visita sus habitaciones, que tipo de amistades se hacen y hasta se invade la vida privada del trabajador en lo que respecta a si éste come mucho, si toma mucho, si tiene relaciones amorosas o sexuales ya sea con extranjero(a)s o con nacionales, si es serio o jaranero para crear un perfil de esta persona que pudiera a su vez ser captada por la seguridad de acuerdo a lo conveniente de su "fachada" por via de chantaje o coacción para continuar la cadena donde todos vigilan a todos.

Muchos guías y funcionarios de turismo, ya sea por miedo o por tener la falsa protección que les da convertirse en informantes, aceptan "colaborar" sin saber que es cuando más vigilados estarán, por lo que desde un mesero, una empleada de limpieza, la recepcionista del hotel y hasta tu mismo compañero de habitación pueden todos ser "cooperantes" y ellos pueden pensar lo mismo de uno, por lo que se vive en una tensión constante y aun cuando se evite meterse en problemas, es muy difícil mantenerse en la cuerda floja de cumplir con ese trabajo sin parecer estar pecando con los "segurosos" que siempre estarán viendo conspiraciones ficticias antes sus enfermos ojos.

El guia de turismo no sabe que hacer para cumplir sus funciones profesionales que son a la vez sociales por las limitaciones que esta vigilancia implica y a veces se ve forzado a tener una conducta artificial o restringida con el turista ya que éste, desconocedor del ambiente nauseabundo que amenaza al guía, busca un roce de amistad con éste que es nocivo y riesgoso para él debido a los fantasmas que están siempre viendo los perros de presa de la seguridad del estado por lo que el salario que se devenga es a base de gran riesgo y sacrificio en un mundo sucio y tramposo.

Hasta los mismos líderes del sistema incluyendo generales del ejército y de otros puestos de mando son los primeros vigilados ya que estos pueden ser responsables de una revuelta o de un golpe de estado y como Castro sabe que casi nadie está con él, no se da el lujo ni de confiar en su propio hermano, de ahi que todos estos lugares oficiales, que incluyen embajadas, consulados, lugares de congresos o reuniones importantes diplomáticas o comerciales y hasta la residencias y automóviles de los dirigentes estén infectados de micrófonos, cámaras y otros dispositivos de vigilancia y control de todo lo que cada cual dice o hace y el que tiene alguna posición de este tipo y por que no, el que es conocido en el país como un artista o deportista debe cuidarse de lo que dice y especialmente de sus relaciones con extranjero aunque estos sean sus familiares y deben pelearse con ellos y tratarlos vía terceras personas so pena de ser llamados a confesar por qué y para qué se cartearon, visitaron o conversaron con tal vez un hermano, madre o hijo que vive en los Estados Unidos. Esto se puede considerar como traición y tiene graves consecuencias.

En conclusión, la vida en Cuba es como andar por tembladeras y nadie, sin importar el puesto que tenga, está seguro en ella y ni tendrá ni voz ni voto que no sea los su tiránico comandante en jefe.


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