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Eloy de Comevaca a Mantenido y su gran afán de notoriedad

CUIDADO CUBANOS: UN ESPAÑOL DE APELLIDO MENOYO ANDA SUELTO!

Por Carlos Wotzkow

Jamás en la historia del castrismo en Cuba algo ha ocurrido de forma tan absurda como inadvertida. Desde que Fidel Castro dijera frente a las cámaras y a la prensa que Eloy Gutiérrez-Menoyo era un terrorista que trabajaba para la CIA, a pocos en el exilio se le ocurrió pensar que este liberto pudiera haber sido reciclado y trabajara desde entonces para la seguridad cubana.

Este español, al que algunos iluminados en la prensa londinense han querido llamar el futuro presidente de Cuba, no sólo quiere fijar su domicilio en la isla, sino abrir en ella una oficina que le permita creer a los cubanos que se trata de un hombre trabajador (lo que no ha hecho nunca en su complicada vida), o alguien que, a la edad de retirarse, quiere por fin empezar a trabajar.

Richard Nuccio, asesor del presidente Bill Clinton, "aplaudía el coraje de Eloy" creyendo que la visita del liberto a su antiguo mayoral generaría una base en tierras cubanas para la oposición. Así mismo, la postura moral asumida por el exilio de no dialogar con un asesino, era calificada por la administración demócrata norteamericana como "retórica de tensión y confrontación", pero sólo porque no haber querido traicionar la memoria de las 87000 víctimas del castrismo.

De confesión antimperialista, de verborrea antirepublicana, "incapaz de encontrar culpables", astutamente ambiguo, fiel defensor de la salvación de la revolución (como si a esta no hiciera falta demolerla completamente para empezar de cero sin su congénita corrupción), la tarea de Eloy Gutiérrez-Menoyo ha sido, desde que fundó Cambio Cubano en enero de 1993, la de dilatar la democracia en Cuba. Especialista en repetir hasta la saciedad frases ajenas fuera de contexto, el discurso de este español no hace más que producir la náusea de tanto abusar con las ideas de José Martí, y de tanto repetir que él es una víctima de doctrina tolerante.

Quien dijera en 1990 que "la convención de Ginebra dice que el prisionero no puede ser utilizado como mano de obra esclava" (demostrando así su deseo de no trabajar ni siquiera a la fuerza), en 1995 aseguraba (pese a la esclavitud extra-territorial que sufre el cubano con el acuerdo tácito entre Castro y los inversionistas) que en Cuba avanzaban y mejoraban los cambios económicos."

Gutierrez-Menoyo llama "política de buenos oficios a las ventajosas ganancias que España, Méjico, Francia y otros países" sacan hoy en Cuba. Pero enérgicamente pide a Bill Clinton que "levante o disminuya el embargo contra Cuba" sin que yo pueda llegar a saber ¿de qué embargo está hablando? ¿O es que acaso no ha notado este súbdito español que el embargo no existe más que en la cabeza de los hermanos Castro, su ministro ayudante Matutes, y un liberto de apellido Menoyo? ¿Qué cubano que disfrute de sus facultades mentales en un razonable orden podría creer que existe embargo norteamericano contra Cuba durante la administración Clinton?

Ladronzuelo desde que robaba carbón con una navaja en España, Eloy Gutiérrez-Menoyo parece querer ser, cuanto antes, el presidente de Cuba. Tal vez porque allí nunca hay frío, o quizás, porque a su edad los huesos no le soportarían ponerse a trabajar y a producir carbón. Vago de profesión, todo lo relacionado a la economía y a las formas productivas de hacer dinero de manera honesta le molesta. El 27 de septiembre de 1995, apenas un mes después de su discurso en la Universidad de Madrid, este "chaval" ha puesto a los latinos por el cielo porque ellos tenían en los Estados Unidos el poder adquisitivo de 458 billones de dólares al año. El latino tiene, luego, el latino vale.

Sin embargo, en Agosto (un mes antes) había dicho que uno de los males de los cubanos en Cuba y en el exilio era el de querer tener dinero. ¡Como cambia tu discurso canosito! Pero no importa... tomemos nota. Viviendo en Estados Unidos, Gutiérrez-Meoyo se considera un "cubano de paso" muy diferente de aquellos "afincados social, económica, cultural y psicológicamente." Pero atención, porque es en ese mismo discurso donde ha dicho: "los cubanos pudieran o no desear regresar a la isla de donde vinieron" (fíjense que no dijo "a la isla en la que nacieron") de forma tal de no excluirse y quedarse sin al menos ese derecho.

"¿Cómo podría invocar y convocar a la paz alguien con mis credenciales?" Ha preguntado este arrogante orador frente al público de adolescentes norteamericanos. "¿Cómo podía Gutiérrez-Menoyo -un hombre de guerra- comportarse como alguien que "claudicaba", por lo menos en apariencia?" Pues muy fácil, intentando solamente ser sincero en apariencia. Además, echando un rápido vistazo a su depauperado aspecto físico y a su notoria vejez, encontraríamos ahora otra respuesta. Como buen español, Gutiérrez-Menoyo es, además de un "nacionalista" declarado, un oportunista político que ya está contra reloj.

La Cuba que visitó en junio de 1995 seguía siendo castrista, pero ahora, era más española que cubana. Menos comunista, pero entonces, ya era hora "de poner fin a la intervención de los Estados Unidos en Cuba" (¿seguiría preso este loco iluminado?), "de poner fin al tutelaje de Estados Unidos sobre Cuba" (¿desde cuándo no leería la prensa este gallego enajenado?), "de poner fin a la arrogancia que engendró en el siglo XIX una especie de designio histórico de Estados Unidos sobre la isla de Cuba." Pero Gutiérrez-Menoyo, ¿de qué cajón de los recuerdos te sacó Fraga? O mejor dicho, ¿en que escuela de la amnesia te graduó Fidel? ¿Ignoras que en Cuba hubo antes una infamia española que duró 400 años y donde se mantuvo a los cubanos sufriendo la peor de todas las crueldades? ¿Te alcanzarán las neuronas para saber qué fue la esclavitud?

No lo sé. Pues para Eloy Gutiérrez-Menoyo en Cuba no hay un gobierno autoritario, sino una "sociedad autoritaria". Cambio Cubano le dijo a los cubanos en la isla que "ellos eran opositores del gobierno cubano", pero a Fidel Castro le dijo en Junio que sólo quería, además de la cacareada oficinita, tener una casita en un barrio de La Habana. ¿En dónde se la hacemos Comandante Menoyo, en el centro del ilustre Miramar? Sabe Gutiérrez-Menoyo, por sus 22 años en la cárcel, que "la mejor guerra es la que se evita." Pero claro Menoyito, y si esos 22 añitos guardado no fueron suficientes para enseñarte a hacer esa sencilla reflexión, ¿adónde te mandamos ahora cuando ya estás en tiempo de descuento?

Según este amigo entrañable de Fraga, las penurias que hay en Cuba no son razones que justifiquen una insurrección. En realidad, según ha dicho el diablo, son las presiones3f que la Ley Helms-Burton ejerce contra nuestro pueblo lo que pudiera estimularlo a rebelarse. ¿Habrá olvidado Gutiérrez-Menoyo que el hambre que se sufre en Cuba no la padecen ni Fidel Castro ni sus libertos invitados? ¿No se aloja y cena él en los mejores hoteles de lujo de La Habana? ¿Le alcanzarán los neurotransmisores a este prisionero-de-sus-propias-mentiras para entender que la sociedad cubana no es autoritaria sino un pueblo aterrorizado por el autoritarismo de un compatriota suyo de origen español? No, lo único que Menoyo entiende es que el niño cubano pudiera verse obligado a robar carbón, pero... de qué madera y con qué bosque si hasta con ellos han acabado.

Después que Eloy Gutiérrez-Menoyo regresara de su tercer viaje a La Habana (en la que aún seguían sin asignarle un domicilio) tal parece que el trabajo de lleva y trae lo convirtió en el recadero menos barrigón de su propio grupo. Entonces, publicó un texto en el que metía miedo. "Prepárese la Florida" ...-si mi jefe inmediato se encabrona,- pensaba yo. Después de haberle hecho decir tantas barbaridades el año pasado en Yale, Cuba era en la primavera del 96, por culpa de los Hermanos al Rescate, un "estado en tensión" al que 4 pilotos habían puesto nervioso y a los que "había que censurar su provocación." Imperdonable.

Disgustado de Concilio Cubano (la oposición interna) y peleado con el exilio cubano (la oposición externa) Gutiérrez-Menoyo confía todavía triunfar con su mensaje castrista de que la Ley Helms-Burton era una "incitación a la lucha armada contra el pueblo de Cuba." Bochornoso, porque quien afirmaba esto iba a Cuba cargado de dólares a trasnochar en los mejores hoteles y sin que le sucediera nada en los Estados Unidos por violar el punto II de la ley de Torricelli. Y además en Cuba, donde disfrutaba "con entera libertad de movimiento" (¿suprimieron a los órganos de la seguridad del estado, o él es parte de ellos?), hasta aterrizar de regreso en los Estados Unidos donde es más fácil hacerse famoso gracias a la libertad de prensa.

Tanta megalomanía afecta a Gutiérrez-Menoyo que incluso no acaba de entender por qué Fidel Castro en persona no lo recibió al pie de la escalerilla del avión y como visita oficial. De tantos derechos se siente merecedor este español en Cuba que todavía sigue preguntándose por qué no se le abre allí una oficina y se le deja fijar su domicilio. Pues porque apenas eres un peluche para Fidel Castro, y eso, mi estimado monigote, no quiere decir que necesariamente seas su mascota preferida. Y hay que llamar peluche a Menoyo, en virtud de tus brillantes canas, así como por sus constantes (no brillantes) contradicciones. En su artículo "El diablo retorna de La Habana" escribió en el párrafo 9 "me moví por la isla sin impedimentos de tipo alguno", mientras en el párrafo 10 se preguntaba, a modo de opositor perseguido ¿por qué se palpan en la isla las tensiones producto del acoso?

A otro podrás tu engañar tu, pero a mí, que viví 31 años deambulando dentro del monstruo (y no encerrado en una sola de las celdas que posee en sus entrañas) no lo harás. Para mí eres, a consciencia o no, una marioneta de ese monstruo. Además a ti, son sólo algunas circunstancias las que te hacen hablar de forma clara y respetuosa4d, pero cuando esa conversación no es con Castro o en La Habana, al resto, si pudieras, lo engañabas. Yo, que si nací en Cuba y que ya voy aprendiendo como son muchos españoles, le diría a todos los cubanos (a esos a los que tu un día quisieras gobernar), que sean desconfiados, que jamás te crean, porque con 40 años de dictadura y despotismo ya resulta más que suficiente.

A un irrespetuoso con los cubanos llamado Fraga Iribarne le ha dicho que "11 millones de cubanos repudian el bloqueo", lo que en realidad es una reverenda idiotez matemáticamente imposible de afirmar. Sin embargo, a él no le has mencionado que hay 13 millones de cubanos (¿o es que acaso los del exilio no contamos?) que detestan a Fidel Castro y a esos españoles que con él acaban con la isla. Sabe Menoyo que reclamar cambios a un gobierno como el de Fidel Castro es algo posible para gente que tenga un verdadero pasaporte, o sólo a quien le importe un pito no lograrlo. Por ello, a su paso por su patria a pedido de forma camuflada:

Primero: que sea España la única nación capaz de intervenir en Cuba a favor de Cambio Cubano, los moderados.

Segundo: que España haga entender a los obtusos norteamericanos de Washington que sólo él. Eloy Gutiérrez-Menoyo, al frente de "Cambio Cubano", podría evitar una confrontación.

¡Ay, ay, ay, ay, que viene el Coco! ¡Como me asustas galleguito!

Si a Gutiérrez-Menoyo no se le puede achacar ser un instrumento de los Estados Unidos, de lo que no me quedan dudas es que si lo es de España. Para demostrar su antimperialismo de 1898, Menoyo, con toda la arrogancia del español que no quiere dejar de gobernar en Cuba, ha dicho: "He pedido a Washington que saque la mano de nuestros asuntos. ¡Ya es hora!5b Pero claro, no se refería Menoyo a nuestros asuntos, los de los cubanos, sino al parecer, nada más que a los suyos, los de los españoles.

Quien no ha disparado un chicharo en toda su vida, quien lleva ya más de 10 años charlataneando de una conferencia a otra, quien en Cuba no hizo otra cosa que reposar sin trabajar en una celda, dice públicamente a los cubanos que "todos saben que él preferiría el hacer sobre el decir." Ese español que copia malamente las ideas deslumbrantes de José Martí, dijo en noviembre de 1995 que confiaba en Castro, pero 2 años después, le pedía a Fraga una intervención para que el dictador cubano continuara el diálogo con él.

Optimista respecto al internacionalismo proletario6c, este comandante de la revolución castrista y actual residente en los Estados Unidos, declara en La Habana (como siempre en el lugar y ante el público oportuno) su odio contra los Estados Unidos. Como en todos sus discursos, la policromía de Gurtiérrez-Menoyo no tiene límite. Cambia de color y aplica el respeto (como ya lo dijo) según el momento y las circunstancias así se lo demanden. La rocambolesca prosa de este español lo hace decir que él es cubano y que desembarcó en Cuba sin ser "mano de obra de la CIA", aunque sí "con un uniforme militar."

Cierto o no, lo evidente está hoy ante nuestros ojos. Eloy Gutiérrez-Menoyo es un asexuado político y no dudará un instante en traicionar una y otra vez cada uno de los variados uniformes que se ha puesto. Ya traicionó el uniforme del Segundo Frente, ya abandonó al calzoncillo de Plantado, ya no recuerda que existan en Cuba muchos presos políticos, y pronto olvidará el traje de exiliado. Hombre de izquierdas en La Habana, Gutiérrez-Menoyo nos induce a pensar en la Cuba del futuro con una especie de comunismo sin Fidel, y... ¿con una prostitución generalizada en la cual sólo los españoles sean quien nos den por culo? En su discurso en La Habana, Eloy Gutiérrez Menoyo llamó al gobierno de Castro un "sinónimo de divinidad" en el que debía "avanzarse hacia cambios más profundos", como si ya hubiese habido alguno.

En La Habana, Menoyo ha pedido "reconocer a los ciudadanos su libertad de palabra y prensa" sustituyendo de la Carta Magna la frase "conforme a los fines de la sociedad socialista". Sí, ha pedido eso, pero solamente para sustituir la condicionante por otra que diga "que no sean o provengan de elementos desestabilizadores". Esto, tan excluyente como lo anterior es el modelo democrático que Eloy Gutiérrez-Menoyo sueña para Cuba. Una isla a la cual él no pertenece y en la que, con la ayuda de Dios, jamás gobernará.

Molesto de que existan "monitores de los derechos humanos al servicio de los estadounidenses y algunas agrupaciones extranjeristas," el deseo mandar lleva en muchas ocasiones a este anciano a delirar. Una oficina pequeña y un gigantesco caserón es lo único que pide en La Habana para escuchar las denuncias del cubano. Una oficina para silenciar dentro de ella el abuso, y una mesa con gavetas donde encerrar con llave las más tétricas denuncias. Menoyo sólo quiere que Castro libere a los pocos presos que afirma tener, porque al hacerlo, "ya demostraría su buena voluntad." Menoyo está exigiendo valientemente a Castro muchas cosas:

(1) quiere que le bajen el precio de la visa para entrar (ello le permitiría viajar más a la colonia),
(2) quiere que por fin apruebe otorgarle una casita,
(3) sigue insistiendo en que jamás olvidará su oficinita y,
(4) quiere que lo incluyan en la próxima "Asamblea Constituyente."

Eloy Gutiérrez-Menoyo le ha dicho a Fidel Castro: "no es hora de evolución, es hora de revolución." O lo que es lo mismo, que no es necesario hacer cambios sino repetir otra vez la revolución en la que él estaría ahora dispuesto a participar y obedecer. El español Gutiérrez-Menoyo, "cultiva una rosa blanca" para hacer con ella un montón de demagogia. Sin embargo, olvidó darle una de esas rosas a las adolescentes que en La Habana pierden su virginidad en una asquerosa cama alquilada por los sudorosos turistas de habla hispana. "Cultiva una rosa blanca" y copia poesía, pero sin tocar la tierra con sus manos. Dando fin al discurso más ridículo del siglo6, Gutiérrez-Menoyo lo ha hecho abusando con los versos de Martí.

"Quienes todavía hablan de guerra ya están barrigones." Pero yo, que nunca he mencionado esa palabra digo: "quienes todavía aspiran a disfrutar de una mansión en Miramar llevan cursis y blancas melenitas por las calles de La Habana." ¿Qué podemos esperar de un liberto que dice que el pan con terror impuesto a los cubanos fue una consecuencia ajena al deseo de Fidel Castro? Desde que Cambio Cubano aparece en internet, no sé que he leído más, si la biografía adjunta que Menoyo inserta por la fuerza en cada texto (hombre de acción, guerrillero, preso durante 22 años, bla, bla, bla.), o sobre el fantasma de una organización de la cual se conoce sólo a uno de sus miembros. Da pánico leer que pueda existir un tarado inglés que crea que semejante mentiroso pueda algún día gobernar en Cuba. O no queda entonces ni un cubano vivo con ideas democráticas, o sencillamente nuestra isla es de hecho otra colonia de la mala España. Unicamente así, pudiera entonces mandar en Cuba un gobernador general, súbdito de su corona y apellidado Menoyo.

Cansado, viejito y con dolores de cintura, este español sigue suplicándole a Fidel Castro su casita de La Habana. Pero desde los Estados Unidos le advierte, abogando por él mismo, que si la guerra llega se esfumaran sus compatriotas inversores. En vez de afirmar que el gordo de 200 libras que se come la comida de todos los cubanos es Fidel, Gutiérrez-Menoyo lo achaca a los norteamericanos. Nadie como Menoyo caga tan seguido en el plato en el que come. Y...!colmo de colmos! Para él, no es Fidel al que habría que cambiar, sino al gobierno de los Estados Unidos.

Dedicar tiempo a escribir sobre Eloy Gutiérrez-Menoyo requiere mucho aguante. Hay que tener una resistencia enorme para leer tanta cosa mala en tan pobre idea generada. Para leer, por ejemplo, que "los esfuerzos de la revolución fueron válidos y bien intensionados," que la independencia de Cuba, no es más que la exclusión de los Estados Unidos de todos los asuntos de Cuba. Mientras que la dependencia económica de España, o el abuso de los inversores que explotan la mano de obra barata cubana, en nada afecta a la soberanía del país. La riqueza hay que limitarla, pero... ¿para qué? Pues para igualar sin ella la pobreza (¿no les recuerda esto algo?). Para Eloy Gutiérrez-Menoyo Cuba no invadió ningún país y la revolución (tal y como utilizamos todos los cubanos ese término) no es sinónimo de dictadura, ni de falta de libertades.

Leer a Menoyo y tener que sufrir tanto de principio a fin (y en cada uno de sus malos textos) el que sigan sin abrirle en Cuba una oficina, es para llorar. Resulta, se lo digo con el corazón, cuando menos bochornoso. Igual ocurre con la cantaleta contra la ley Helms-Burton, que más bien parece ser el precio a pagar para entrar en Cuba, o una especie de tributo reiterativo2-8 previo a la obtención de cada visa. Hasta aquí, pasable, pero lo que si nos demuestra que este cid campeador está fuera de sus cabales, es cuando afirma, con el mejor estilo quijotesco que: "no nos vamos a quedar a dormir en la oficina sino que saldremos a nuestras casas." ¡Acabáramos Menoyo!, ni que Fidel te vaya a dar alguna sin aparecer tu nombre en su nómina de esclavos preferidos.

La frase popular de que en Cuba no se violan los derechos humanos porque no existen, Menoyo se la ha adjudicado en la entrevista que concedió a Miguel Castillo como si se tratara de un destello de su inteligencia. Sin embargo, esta libertad de robar las elocuencias debería permitirme ubicarlo con una reflexión. Nadie puede decir, ni en Cuba ni en el exilio, que Eloy Gutiérrez-Menoyo sea un traidor, porque este individuo, y con la excepción del amor por el poder, nunca ha sido leal a nada. Su discurso pacifista (¿estará ya intentando obtener la presidencia de Greenpeace?) me parece muy fácil de entender. El contubernio que este español tiene con el gobierno de Fidel Castro a quien está cambiando es a Cambio Cubano. Embajador de la paz en tiempos de paz, a Menoyo le pega el comentario hecho para su compatriota Rodrigo Rato: "ministro de las flores en estación de primavera."

¡Y que todavía no le resulte una delicia jugar a representar al cuerdo! ¿Es que acaso no te parece estupenda la vida Gutiérrez-Menoyo? Ahora que tú y Fidel Castro ya están viejitos y completamente seniles, a nadie se le ocurre decir que "vuestras" chochadas sobre Cuba sean cosas de adultos locos. La decrepitud y el retorno a la babosa infancia los perdonan. ¿No es magnífico que ustedes puedan usar y abusar de los cubanos como si estos fuesen sus propios nietos malcriados? No es espléndido tiranizar (como si fueran un par de sádicas niñeras) a quien no lleva ni una gota de su sangre? ¿No les resulta una maravilla que ustedes puedan planear dejar a Cuba patas arriba como si se tratara de desordenar por una tarde la casa de sus yernos?

Pero que conste, esto no es un ataque personal. No me mueve ningún rencor hacia Menoyo, porque no le envidio nada. Como que he trabajado, sé lo grato que es triunfar con el fruto del trabajo propio. Como no aspiro llegar a presidente, no necesito que alguien vote. Lo que ocurre es que a veces se hace necesario hacerle saber a algunos oradores que no todos envejecemos siendo imbéciles. El que escribe esto no desea nada malo para nadie y por ello no dice: ¡Menoyo, vete a la cárcel y no vuelvas a salir jamás! No, para los parásitos políticos como él es mejor recordar a Huxley y no perder más tiempo del estricto necesario. A fin de cuentas, "La vida es demasiado corta para dedicarse a matar a los muertos más de una vez."

Regresa Gutiérrez Menoyo
Yvonne M. Conde

La investigación periodística básica es seguir la pista del dinero. ¿De que vivía en Miami Eloy Gutiérrez-Menoyo, antes de regresar a Cuba, ya que nunca se le conoció trabajo alguno? Menoyo, quien tiene tres hijos pequeños, ha vivido muy adecuadamente en buena casa, según él, gracias a la generosidad de su hija mayor Patricia y los miembros de Cambio Cubano.

Investigué la declaración anual del año fiscal terminado en julio del 2000 presentada al gobierno por la Fundación Cambio Cubano, donde declaran que el grupo recibió:

$36,771. en contribuciones y regalos de proceder no identificado, cero en cuotas de membresía, y gastó $40,973.

Los escasos miembros de Cambio Cubano (además de Menoyo, su mujer y sus hijos), son el vicepresidente Roberto Fernández y el secretario Eduardo Guallar. El teléfono de la organización ha sido desconectado. El grupo recibió $56,799 en 1998; $16,920 en 1997; $75,000 en 1996, y $3,122 en 1995.

¿De quien? ¿Ha vendido la lealtad, Menoyo? ¿Quién lo va a mantener en Cuba? Otra pregunta es que si Menoyo tiene síndrome de Estocolmo, cierta conducta "extraña" que demuestra afecto entre los captores y sus rehenes. Pues si este charla animadamente con Fidel, su carcelero de antaño, bebe cócteles en la misión cubana de Nueva York y ahora, en La Habana, se reúne con dirigentes gubernamentales, díganme ustedes. Nada, que Menoyo espera recoger las frutas maduras que están a punto de caerse del árbol, postularse con el acuerdo del gobierno como la "oposición" más aceptable, tener unas elecciones a lo cubano y dejar las cosas casi como están. Pues no, Menoyo, Cuba merece un futuro democrático, no la permuta socialista que sería aceptable para tí.


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